(Fundamentos médicos, principios psicológicos y relaciones maritales) (Selección extraída del libro "Como una rosa", por Rabino Isaac Fadda, (c) Rabino Isaac Fadda) Los días de separación y el proceso de purificación de la mujer se hallan relacionados con ciertos cambios psicológicos que afectan su vida. Cada mes, en la mitad del período, madura un óvulo dentro de su folículo en uno de los ovarios y es expulsado hacia las trompas de Falopio. El endometrio se reconstituye convirtiéndose en una capa de vasos capilares que posibilitan la anidación y alimentación del óvulo fecundado. En caso que el óvulo no sea fecundado o sea cuando la mujer no queda en estado de gravidez, el endometrio se descama y es expulsado. Esto se expresa en el flujo sanguíneo que experimenta la mujer mensualmente y que se denomina menstruación. Este sangramiento se extiende por 4 ó 5 días. Posteriormente las hormonas del folículo estimulan la reconstrucción del endometrio expelido durante la menstruación pasada. Este proceso abarca aproximadamente 7 días, hasta la aparición del nuevo óvulo -ovulación- y culmina como dos semanas después de la menstruación (Dr. Vaiss cap. Sobre el proceso reproductivo, en su obra "Guía médica para la mujer moderna") y solo entonces la capa interna del útero (endometrio) sana totalmente. Aquí podemos hallar argumentos científicos para la exigencia halájica de aguardar siete días adicionales a los cinco de la menstruación. (El precepto de "oná, o sea la primera relación tras la purificación de la mujer en la Mikve, linda exactamente con el momento de la ovulación. Asimismo existe en esta abstención mensual una preparación para el momento en que crecen las posibilidades de reproducción - Dr. Reuven). En caso que el nuevo período sea corto -25 días o menos- la ovulación precede a la inmersión en el Mikve y entonces la mujer no puede embarazarse en dicho período. Si esta situación se reitera, deberá consultar al médico a fin de realizar un tratamiento hormonal que retrase la ovulación. (el control diario de la temperatura vaginal evidencia el momento de la ovulación por medio de una clara elevación en la temperatura). Fundamentos médicos El Dr. Sheek de Viena (famoso por su análisis contra la difteria) fue el primero que habló ya en 1920 sobre el tema "el veneno menstrual - monotocsina". Tras él investigó el tema y confirmó las conclusiones de su antecesor el prof. Majt de Baltimore. Ellos determinaron que la sangre menstrual posee cierta toxina que posiblemente cause daños en el hombre. (ver Najmanides Lev. 18, 19) Comúnmente se piensa que esta toxina tiene cierta influencia sobre elementos leudantes como la masa, vinos, perfumes, etc. La ciencia moderna descubrió otro peligro que acecha a los hombres que mantienen relaciones sexuales durante la época menstrual (aparte del peligro de contraer ciertas enfermedades). El flujo menstrual en su base sanguínea y como descomposición del endometrio, posee un presencia bacteriana que pueden producir infecciones en el hombre en caso de que posea alguna herida abierta ("Investigaciones paralelas sobre fertilidad humana" de Cleland Ford, 1964). La ciencia médica determinó asimismo que la relación sexual durante la menstruación puede producir daños en la mujer; las funciones cíclicas de esta pueden alterarse temporalmente. Más aun teniendo en cuenta que durante la menstruación aumentan las posibilidades de infecciones en el canal vaginal (mismo estudio). Es un hecho conocido entre los investigadores ginecológicos que el cáncer de útero, presente tanto en sociedades adelantadas como en las que no lo están tanto, es sumamente infrecuente entre las mujeres judías que observan las leyes de pureza familiar (Dr. Barnard Shapira, sexólogo). Principios psicológicos Estudios recientes determinaron que la mujer posee un curva de temperatura. Desde el comienzo de la menstruación y hasta la mitad de su período permanece la temperatura a un nivel parejo, bajo. A partir de ese momento la temperatura sube y permanece alta hasta el primer día de la menstruación siguiente y así se repite este proceso. Esta fluctuación cíclica muestra todos los procesos vitales importantes en la mujer, actividad cardíaca, presión sanguínea, fuerza muscular, alteraciones hormonales, etc. Esto influye no sólo en el aspecto físico sino también en el emocional. Días y momentos de actividad y dinamismo desbordante se convierten en períodos de decaimiento. Los primeros (días de dinamismo) aparecen durante las marcas de temperatura elevada en tanto que los últimos se expresan con la caída brusca de la temperatura, o sea uno o dos días previo a la menstruación y con su comienzo. Aparte de esto son sumamente frecuentes durante los días de curvatura baja (citado del libro del Dr. Van Walde de Holanda). Las relaciones maritales durante la menstruación Frecuentemente, el ánimo de la mujer durante las épocas de curvatura baja es depresivo. "Durante esa época la mujer sufre cierto grado de depresión y una marcada sensibilidad (Dr. Vait). La sensación de molestia genera un sentimiento de soledad y reclusión el cual no siempre es comprendido por el marido. El hombre que carece de temor a Dios no posee limitaciones en sus apetitos sexuales y siempre hallará "argumentos" y "excusas" para satisfacer su instinto, aunque las relaciones maritales durante esta época no son aceptadas por la mujer. En estos casos, se crea en la mujer un sentimiento de rechazo, hasta de violación. Ella cree que su esposo no la comprende y no la considera y así va desarrollando una sensación de alejamiento. Frecuentemente, el resultado de ello es una separación emocional entre la pareja, frigidez y falta de sensibilidad. Este sentimiento, al intensificarse, provoca un alejamiento en la mujer también posteriormente; el esposo siente una falta de atención por parte de su esposa y cree que esta dejó de quererlo. Van creciendo la amargura y la tristeza. Al principio se quiebra la armonía familiar y posteriormente, cuando la situación se toma reiterativa se convierte en insoportable y la consecuencia final muchas veces es el divorcio. Ciclos de soberbia y sumisión en el trato de la mujer hacia el hombre Una médica no judía, la Dra. Stomps, quien se divorció de su esposo, escribió en Britania un estudio sobre la vida matrimonial en el que, entre otras cosas dice: "Yo pagué un precio muy alto por mi inexperiencia, de manera que siento la obligación moral de prevenir a otras mujeres para que no cometan el mismo error". Ella, en su condición de médica investigó la cuestión en forma sistemática y descubrió que aún en la relación amorosa con el esposo existe una suerte de ciclo fijo, un período de soberbia sexual y otro de sumisión. El período de soberbia lo experimenta durante la época de ovulación, cuando la mujer alcanza su grado más alto de fertilidad; y el período de sumisión durante la menstruación. Ella argumenta: "Si se observaran los períodos en función de estos ciclos emocionales, no solamente la felicidad de la mujer estaría asegurada, sino también todos los cuestionamientos sobre sus alteraciones emocionales quedarían nulos". Para su asombro ella descubrió, que estos períodos coinciden exactamente con las épocas en las que la relación marital se halla prohibida o permitida según las leyes del judaísmo. Y agrega: "Escuché sobre las leyes judías que rigen la vida matrimonial y se trata del código más avanzado que existe sobre el tema. Quienes basan sus vidas en estas leyes son realmente felices". La estricta observancia de la separación física con todas sus leyes, cuida la felicidad conyugal y renueva la atracción en la pareja mensualmente. Rabbí Meir solía decir: "Porque la Torá prohibió durante siete días a la mujer monstruosa? Pues -de otra forma- se acostumbraría a ella y se hartaría; por ello determinó la Torá que se halle impura durante siete días, a fin de hacerla deseable a su esposo como en el momento en que ingresó en la Jupá (Tal. Niddá 31b).
En círculos judíos tradicionales he escuchado varias veces decir que “Yahshua nunca existió”, que “su figura histórica es un invento de los cristianos”. Sin embargo, en el Talmud, monumental obra de erudición judía, se menciona a Yahshua y a sus discípulos originales varias veces.
Obviamente, debido al odio de los Rabinos hacia esta figura histórica, muy raras veces se menciona su nombre en las páginas del Talmud, y cuando se hace se le llama Yéshu, aunque en la obra Toldot Yéshu se dice que su nombre original fue Yahshua y que luego se le cambió a Yeshúa. Generalmente se le aplican al Nazareno epítetos peyorativos como “el mamzer” (el bastardo) y otros, junto con sobrenombres como “Balaam” y otros. En esto el Talmud viola su propia regla sobre el “lashón hará” (calumnia) porque casi todos los datos negativos específicos que ofrece sobre el Nazareno y sus discípulos son calumnias.
En este artículo presentaremos algunas citas del Talmud seguidas de nuestros comentarios. De paso aprenderemos algunos datos interesantes sobre el judaísmo y la mentalidad hebrea.
Nacimiento y parentesco de Yahshua
(1) b. Shabbát 104b. (El pasaje en [ ] ocurre también en b. Sanedrín 67ª.) “El que hace cortes en su carne”. Es tradición que Rabí Eliécer dijo a los Sabios: ‘¿No trajo Ben Stadá hechizos de Egipto en un corte que había en su carne?’ Ellos le dijeron: ‘Él fue un necio y no se trae una prueba de un necio’. [Ben Stadá es Ben Pandera. Rav Jisdá dijo: ‘El esposo era Stadá, el amante era Pandera’. El esposo era Papos ben Yehudah, la madre era Stadá. La madre era Miryam la arregladora de cabello de las mujeres, como decimos en Pumbedita: ‘La tal ha sido infiel a su esposo”.]
Comentario:En el pasaje talmúdico anterior se menciona a Yahshua de paso pues el tema del momento era sobre las prohibiciones mishnaicas sobre escribir en Shabbát, y se menciona como una de ellas el escribir en la carne propia. Su argumento fue que si Ben Stadá (Yahshua) hizo eso, la práctica puede ser permitida. La respuesta fue que Ben Stadá fue un necio y por lo tanto su caso no prueba nada.
En su discusión, los Rabinos entran en contradicciones internas sobre Ben Stadá, pero no hay duda alguna de que el personaje llamado en la Mishnáh Ben Stadá y Ben Pandera es el Yahshua histórico de los Escritos Nazarenos (mal llamados “Nuevo Testamento”), el fundador de la llamada “secta de los nazarenos” (Hechos 24:5). El pasaje en consideración data de alrededor del siglo 4 de la Era Común, y es un informe de lo que se comentaba en Babilonia, no en Palestina. Pumbedita era un pueblo babilonio donde había una famosa Academia Rabínica.
Miryam la madre de Yahshua
(2) b. Hag. 4b. – Cuando Rav Yosef llegó a este verso (Éxodo 23:17), lloró. Hay quien es destruido sin justicia (Proverbios 13:23). Dijo él: Hay alguien que haya partido antes de su tiempo? Nadie sino éste [dicho] de Rav Bibi bar Abaji. El Ángel de la Muerte estaba con él. El Ángel le dijo a su mensajero: ‘Ve, tráeme a Miryam la arregladora de cabello de mujeres. Él le trajo a Miryam la maestra de niños. Él [el ángel] dijo: ‘Te dije Miryam la arregladora de cabello de mujeres’. Él dijo: Si es así regresaré a ésta’. Él dijo: ‘Ya que has traído a ésta, que esté en el número [de los muertos]’.
(A) Tosafot. – “El ángel de la Muerte estaba con él: él relató lo que ya había sucedido, por esto acerca de Miryam la arregladora de cabello de mujeres había sucedido en [el tiempo de] el segundo templo, porque ella era la madre de cierta persona, como se dice en Shabath. P. 104”.
Comentario:Rabí Bibi bar Abají y Rav Yosef vivieron a finales del siglo 3 y comienzos del siglo 4 de la Era Común. De modo que ese relato refleja un monstruoso anacronismo, ya que este pasaje talmúdico data de varios siglos después del tiempo de Yahshua. Difícilmente los compiladores de la Guemarah habrían creído que Miryam la arregladora de cabello de mujeres habría vivido en tiempos de Rabí Yosef y Rav Bibi, porque el pasaje anterior muestra que ellos creían que esta Miryam era la madre de Yahshua. Este anacronismo lo hicieron notar los autores de las Tosafot (comentadores medievales del Talmud).
Alegan que Yahshua es un mamzer (bastardo)
(3) M. Yebamot 4, 13 [b. Guemarah, Yeb. 49b), las mismas palabras; j. Guemarah no menciona el pasaje.] Rabí Shimón ben Azai dijo: ‘Yo he encontrado un rollo de genealogías en Jerusalem, y allí está escrito: Cierta persona espurios estex adultera [natus]; para confirmar las palabras de Rabí Yehoshúa’.
Comentario:Rabí Yehoshúa fue en su juventud un cantor en el templo, y su maestro, Rabí Yahanán ben Zakay, tenía suficiente edad para haber conocido al Nazareno, Los rabinos que se mencionan aquí estuvieron entre los principales rabinos de su tiempo y debieron de haber estado preocupados por el surgimiento del movimiento nazareno y del posterior desarrollo del cristianismo. Así que esta mención en latín sobre “cierta persona es espuria [ilegítima] de nacimiento adulterino”, es obviamente evidencia de que los judíos de su época reconocían la existencia histórica de Yahshua el Nazareno, aun cuando calumnian sobre su nacimiento.
La ascendencia de la madre de Yahshua
(4) b. Sanedrín 100ª. – Rabí Yahanán dijo [concerniente a Balaam], ‘Al principio un profeta, al final un engañador’. Rav Papa dijo: ‘Esto es lo que dicen: Ella fue la descendiente de príncipes y gobernantes, ella jugó a la ramera con carpinteros’.
Comentario:El contexto indica que se está haciendo referencia ahí a Miryam la madre de Yahshua. Esa nota rabínica en el Talmud es un claro indicio de que es correcta la genealogía de Lucas, que se remonta desde Miriam hasta Adam pasando por David. Es claro que si las calumnias rabínicas decían que el esposo de Miryam no fue el padre de Yahshua sino otro hombre, entonces la reconocida ascendencia davídica del Nazareno tiene que haberle venido por su madre Miryam.
Yahshua y su maestro
(5) b. Sanhedrín107b – Nuestros Rabinos enseñan: Que siempre la mano izquierda repele y la derecha invite, no como Elishá que repelió a Guehazi con ambas manos, y no como Rabí Yehoshúa ben Perajyah, que repelió a Yéshu (el nazareno) con ambas manos. ... Él [Rabí Yehoshúa] dijo: ‘¡Qué hermosa es esta Acsania!’ (El Nazareno) le dijo: ‘Rabí, ella tiene ojos estrechos’. ... Él [Rabí Yehoshúa] envió cuatrocientas trompetas y lo excomulgó. Él [es decir, el Nazareno] vino donde él muchas veces y le decía: ‘Recíbeme’. Pero él no lo notaba. Un día vino [R. Yeho.] ante él [ante el Nazareno], y le hizo una señal. Él [el Nazareno] pensó que lo estaba repeliendo. Fue y colgó una loza y la adoró. Él [Rav Yeho.] le dijo: ‘Retorna’. Él respondió: ‘Así he recibido yo de ti, que cualquiera que peque y cause que la multitud peque, no le dan la oportunidad de arrepentirse’. Y un maestro ha dicho: ‘Yeshúa el Nazareno practicó la magia y extravió y engañó a Israel’.
Comentario:Aunque ahí hay un anacronismo en cuanto al encuentro del Nazareno con Rabí Yehoshúa, pues éste vivió mucho antes que el Nazareno, es claramente un reconocimiento de que el Nazareno estuvo viviendo en Egipto por un tiempo para escapar de la ira de un rey (Mat. 2:13-). Rav Yehoshúa estuvo también en Egipto pero en otra época. Los detalles del relato concuerdan con la calumnia diseminada de que el Nazareno había apostatado del judaísmo y había fundado una religión falsa. Por lo tanto, aparte de las calumnias manifiestas contra Yahshua, el Talmud ciertamente da fe de la existencia histórica del Nazareno, nuestro Rebe y Mashíaj ben Yosef.
Yahshua, un mago
Talmud, Shabat 11, 15 – ‘El que corta marcas en su carne’. R. Eliezer condena, lo sabios permiten. Él les dijo: ‘¿Y no aprendió Ben Stadá solamente este camino?’ Ellos le dijeron: ¿Por causa de un necio vamos a destruir a toda la gente de discernimiento?’
Comentario:Ese breve pasaje del Talmud, repetido en otros lugares, identifica el carácter de Yahshua como “un mago”. Es claro por este y otros pasajes talmúdicos que el nombre Ben Stadá se refiere a Yahshua. La acusación de que fuera un mago confirma la información de la Besorah de que Yahshua hizo muchos milagros, atribuidos por sus enemigos a la magia.
De modo que pasajes como éste son testimonios de dos cosas: 1) de que Yahshua ciertamente existió como personaje histórico, y 2) de que realizó obras extraordinarias y milagrosas.
Yahshua “quema su comida”
b. Sanhedrín 103ª . – Porque Rab Jisdá dijo que Rab Yeremiah bar Abba dijo: ‘¿Qué es aquello que está escrito: Ningún mal te acontecerá, ni plaga alguna se acercará a tu morada [Sal. 41:10]’?... Otra explicación: Ningún mal te acontecerá [significa] ‘que sueños malos y pensamientos malos no te pueden tentar’, y ni plaga alguna se acercará a tu morada [significa] ‘que no puedes tener un hijo o un discípulo que queme su comida en público como Yéshu el Nazareno’.
Comentario:El punto más importante en este pasaje talmúdico es la frase ‘que queme su comida en público como Yéshu el Nazareno’. Este breve pasaje nos enseña dos cosas importantes: 1) que Yahshua existió realmente, cosa que niegan ahora muchos judíos, y 2) el significado del hebraísmo “quemar su comida”.
Si, como dicen muchos judíos hoy día, Yahshua nunca existió realmente, entonces el Talmud se equivoca. Como el Talmud es considerado infalible por los judíos ortodoxos, entonces tienen que concluir que Yahshua el Nazarenos ciertamente existió, pues su propio Talmud lo menciona y da testimonio no sólo de su existencia son también de su obra, aun cuando presente su obra en forma calumniosa.
Ahora, sobre la frase “quemar su comida”, ¿qué significa esa frase y qué hizo Yahshua que se pueda describir de esa manera? Un estudio de las veces que aparece esa frase en escritos talmúdicos demuestra que su significado es “traer deshonra sobre uno mismo” o “hacer caer su nombre en desgracia” o “crearse mala reputación”. En este caso la idea es que el Nazareno, por sus obras y enseñanzas, se hizo sospechoso de herejía a los ojos de los fariseos de su tiempo.
De modo que la próxima vez que usted oiga a un judío decir que Yahshua nunca existió y que es un personaje creado por la iglesia cristiana, podrá usted decirle que eso muestra su ignorancia de su propio Talmud, pues el Talmud habla de Yahshua, lo menciona por nombre, y menciona sus obras milagrosas, aun cuando las tacha calumniosamente de magia. De modo que la Besorah (el “evangelio”) no se equivoca al relatar los hechos de Yahshua el Nazareno, nuestro Rav y Mashíaj, y nos brinda el testimonio más fehaciente que podemos tener de nuestro Redentor.
Siempre que oigo a “creyentes” decir que la Ley ya no está vigente, me pregunto ¿Elohim hizo algo imperfecto? Y me respondo, ¡No! Es imposible que el Todopoderoso haga cosas imperfectas. Lo que él tiene son planes y propósitos y en base aquellos es que él ha modificado pactos, por amor a los suyos para poder salvarlos. No obstante hay gran parte de personas en la religión cristiana que dice que ¡¡Ya no estamos bajo la Ley!! Como quien dice los mandamientos ahí escritos ya no debemos guardarlos. ¿Es cierto esto? ¿Será que todos los mandamientos y preceptos de la Ley, están totalmente anulados? Yáhshua vino a cambiar y a modificar mandamientos, se dice dentro de la doctrina que postula que la Toráh no está en vigencia, ¿Pero cuál es la verdad pura y escueta de la Biblia? Es lo que con la ayuda de Elohim veremos en este estudió.
Yáhshua no cambio los mandamientos…
Yáhshua no vino a implantar una nueva religión, sino más bien, a darnos el verdadero camino al Padre (Yahanán 14:6), el cuál ya habían extraviado muchos Israelitas. Por esto es que es imposible que el Mesías, el ungido de Elohim, el que sirve al creador de la Toráh, haya venido a enseñar lo contrario a su Padre. En Matityáhu 5:17 al 20 leemos palabras claves del Mesías Yáhshua:
“No penséis que he venido para abrogar la ley (Toráh) o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley (Toráh), hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Matityáhu 5:17-20)
Como podemos ver, este pasaje es sumamente claro, en el encontramos la respuesta a la pregunta principal de este artículo. Yáhshua mismo reconoce no tener en mente ABOLIR la Toráh, sino más bien llevarla a su cumplimiento. Ahora bien, para entender mejor, ¿Qué es “abolir”? El diccionario REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA nos da el significado de esta palabra:
“Abolir: Derogar, dejar sin vigencia una ley, precepto, costumbre.” (Real Academia de la Lengua Española).
Como puede usted ver, “abolir” es dejar sin vigencia o derogar tal como lo dice la REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Por otra parte para un mayor entendimiento, debemos saber cuál es el verbo griego para la palabra “abolir”, “katalúo” que es; “abrogar, alojar, derribar, deshacer, destruir, desvanecer, posar”. Al tener esta información, nos volvemos a preguntar ¿Cómo es que dicen algunos que la Toráh ya no está vigente?, cuando es el mismo Yáhshua dice que no vino dejar sin vigencia la Toráh, (no vino derogar, ni a destruir, ni derribar, ni deshacer, etc.), sino que vino a cumplirla.
Ahora bien, si el Mesías Yáhshua no vino a dejar sin vigencia, sino que a “cumplir” como dice la RV, debemos saber cuál es el significado de la palabra “cumplir”, el verbo griego para dicha palabra es “pleróo” que tiene como connotaciones: “perfecto, rellenar, suplir, terminar, lleno, llena, atestar, al cabo, completar, completo, completa, cumplidamente, cumplir” ¿Qué nos quiere decir esto? Que el Mesías no traía una nueva Toráh, ni mucho menos una nueva religión, ni venia solo a cumplir, a manera de obedecerla solamente, sino más bien a completar, dando el correcto sentido a la misma, no olvidemos que él era la “palabra” o la “Toráh” hecha carne (Yahanán 1:14), por lo cuál nos trajo la luz, y con aquella luz mostró el propósito real de la Toráh,
En relación al pasaje de Matityáhu 5:17, las distintas versiones bíblicas nos dan una luz mucho más amplia veamos:
(BIBLIA LATINOAMERICANA 95), No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer cosa alguna, sino para llevarla a la forma perfecta.
(BIBLIA LENGUAGE SENCILLO), "No crean que vine a quitar la ley ni a decir que la enseñanza de los profetas ya no vale. Al contrario: vine a darles su verdadero valor.
(DIOS HABLA HOY), "No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor.
Si lo nota, estas versiones entre otras, concuerdan en que Yáhshua jamás vino a dejar sin vigencia la Toráh sino que a darle su real sentido y valor, y que los hombres comenzaran a obedecer a Elohim en el Rúaj (espíritu) observando esa Toráh que Él escribiría en nuestros corazones. (Yirmeyáhu. 31:33) (Hebreos 8: 8-13).
El Mesías hablo de mandamientos y que el que los enseñaba y hacia ese sería llamado grande en el reino de los cielos. (Matityáhu. 5:18-19). Estos mandamientos no están escritos en ningún otro lugar que no sea en la Toráh de Elohim. Por lo tanto la invitación de Yáhshua, no es a solo “amar a Elohim y al prójimo” (Mordejay. 12:30.) (Devarím. 6:3-4) mandamientos que resumen la Toráh, y que además se encuentran en ella, sino que a demostrar ese amor en detalle, guardando todos los mandamientos de Elohim, veamos:
“Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Yáhshua le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Elohim. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. (Mordejay 10:17-19)
Por cierto estos mismos mandamientos que Yáhshua refiere al Joven rico, se encuentran registrados en la Toráh. (Shemót. 20:1-17) El Mesías nos enseñó a aguardar los mandamientos, estos no eran suyos propios sino los mandamientos que su Padre desde antes ya había estipulado.
“Porque si creyeseis a Moshéh, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Yahanán 5:46-47)
Evidentemente que si no creemos a lo que Moshéh escribió ordenado por Elohim, menos creeremos a las palabras de Yáhshua. Aquí la gran importancia de saber que los mandamientos de Yáhshua, son los mismos que los de su Padre, pues el hijo nada hace sin que su Padre se lo ordene. (Yahanán 5:19).
“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho” (Yahanán 12:49-50)
“El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió” (Yahanán14:24)
¿Lo puede ver? Yáhshua jamás hablo por su propia cuenta y todo lo que el hablo lo dijo tal cuál como el Padre se lo ha ordeno, ¿Qué significa esto? Que los mandamientos que Yáhshua mando guardar no son mandamientos de su ocurrencia, sino que son los de su Padre, los cuáles están en la Toráh, Yáhshua no fundo una religión con nuevos mandamientos sino más bien nos trajo la luz correcta los mandamientos de su Padre. Veamos:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Yahanán 14:15)
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Yahanán 14:21)
“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Yahanán 15:10)
No mataras…
Ahora bien, ¿Qué es lo que ocurre cuando el Mesías comienza a enseñar diciendo “Pero yo os digo”? Algunos dicen que es porque el Mesías está dejando sin vigencia algunos mandamientos de la Toráh. Sin embargo esa es una pésima y contradictoria interpretación ¿Cómo Yáhshua iba a estar contradiciendo los mandamientos de su Padre que lo envió?
Para poder comprender bien las palabras del Mesías debemos fijarnos en el contexto y en el modo introductorio que él usa para comenzar a tratar temas relacionados con la Toráh. Note que en el pasaje de Matityáhu 5:20 Yáhshua dice: “Si vuestra JUSTICIA, no fuere mayor que la de los fariseos” Es decir el asunto del cuál tratara más adelante es el de la “Justicia” la cuál cada hijo de Elohim comenzara y deberá practicar en el nuevo régimen que es en el Rúaj (espíritu) de Elohim. (Romanos 8:4). No es que Yáhshua este anulando el mandamiento, sino que lo está llevando a su máxima expresión espiritual, evidentemente es que si andamos en el espíritu (Romanos 8:4), no maldeciremos a nuestro hermano, por lo tanto menos podremos asesinar. Esto en relación a lo siguiente:
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Matityáhu. 5:21-22)
El pasaje al cuál Yáhshua hace alusión es el siguiente:
“No matarás” (Shemót. 20:13)
Ahora bien, recuerde como es que Yáhshua comenzó este sermón diciendo: “Si vuestra Justicia no fuere mayor que la de los fariseos” Es decir el punto aquí radica en la justicia del individuo, todos los que somos hijos de Elohim guiados por su espíritu (Rúaj), nuestra justicia debe ser mayor que la de solamente “NO ASESINAR”, sino que debe llegar al punto de no enojarnos con nuestro hermano y tratarlo de Necio o fatuo. Esa es la JUSTICIA de la cuál Yáhshua viene enseñando, no que el haya abolido el mandamiento, sino que ahora por medio del nuevo régimen en el Rúaj la Justicia alcanza un grado mucho más alto.
No cometerás adulterio…
Versos más adelante en el pasaje de Matityáhu 5:27, el Maestro nos dice:
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Matityáhu. 5:27-28)
El pasaje al cuál Yáhshua hace referencia es el siguiente:
“No cometerás adulterio” (Shemót. 20:14)
Aquí nuevamente Yáhshua viene hablando de una mejor JUSTICIA (Matityáhu 5:20), él No vino a dejar este mandamiento caducado, sino a mostrarnos el real espíritu de la Toráh que es la verdadera justicia del mandamiento, ¿De que serviría no llegar al acto mismo del adulterio, cuando en el corazón hay codicias carnales y deseos de infidelidad? Por lo tanto Yáhshua enseña la correcta interpretación del mandamiento descrito en la Toráh “No adulteraras”. (Shemót20:14) el cuál para ser correctamente cumplido, debe haber en él ser humano la capacidad que solo da el espíritu (Rúaj) para obedecer la Toráh escrita en nuestros corazones y así cumplir esa real justicia que demanda el mandamiento (Hebreos 8:8-17). Nuevamente confirmamos que Yáhshua no enseño que la Toráh estaba sin vigencia.
El divorcio…
Seguidamente Yáhshua sigue con su discurso acerca de los mandamientos y de la real JUSTICIA que debe practicar todo hijo de Elohim que quiere entrada en el reino de los cielos, ahora nos habla sobre el real sentido del divorcio:
“También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Matityáhu. 5:31-32)
El pasaje al cuál Yáhshua hace referencia es el siguiente:
“Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Yáhweh, y no has de pervertir la tierra que Yáhweh tu Elohim te da por heredad” (Devarím. 24:1-4)
Aquí uno de los temas más polémicos, que los inexpertos tuercen negando la vigencia de la Toráh y enseñando que Yáhshua contradijo tales mandamientos. Pero sin embargo como lo hemos dicho desde un comienzo, el Mesías viene enseñándonos de la real Justicia de hacer la voluntad de Elohim, no como los fariseos que buscan excusas en los mandamientos para hacer el mal, sino que con el espíritu santo (Rúaj Kádosh) que mora en nosotros Yáhshua nos manda hacer una justicia acorde con la pureza del mandamiento ordenado por YHWH. Yáhshua por ningún motivo contradice el mandamiento de carácter permisivo que esta descrito en la Toráh. Si no más bien identifica la real voluntad de YHWH en el. Pues no olvidemos que este es un mandamiento que es de carácter permisivo, pues por la dureza del corazón del hombre es que es permitida la carta de divorcio, pero no es la perfecta voluntad de Elohim la separación de un matrimonio. ¿Qué es lo que hace Yáhshua? Darle un sentido de justicia real al mandamiento permisivo, por eso la expresión: “a no ser por causa de fornicación” Aquí Yáhshua no está prohibiendo el divorcio, sino que le está dando la correcta interpretación de pureza y justicia al mandamiento, que repito es de carácter CIVIL Y PERMISIVO. Es decir que el divorcio puede ser posible solo si existiera impureza e infidelidad, aunque Yáhshua reconoce. “en el principio no fue así”, la voluntad de Elohim era que los matrimonios estuvieran siempre juntos.
“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Elohim juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moshéh dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moshéh os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Matityáhu 19:3-9)
En otras palabras lo que YHWH hace como un legislador no tan solo de asuntos espirituales sino que también de problemas civiles, pues no olvidemos que sus leyes son hechas para una nación y para un pueblo de seres humanos, considerando el bajo estado moral y la incapacidad para una mejor justicia de los hombres sin el espíritu (Rúaj), es que Elohim permitió repudiar los hombres a las mujeres o más bien el divorcio. No como aprobando tal situación, sino como una medida para prevenir males peores. Pues como dijo Yáhshua: “Desde el principio no fue así” a fin de impresionar a sus oyentes con el carácter temporal y puramente civil de este “relajamiento” aparente en los mandamientos. Sin embargo repetimos que Yáhshua trajo el sentido correcto de interpretación del pasaje de la Toráh. El texto griego dice: “Desde el principio no ha sido así”.
Son claves las palabras del pasaje de Devarím 24:1, donde dice “por haber hallado cosa indecente” Esa expresión bajo la interpretación de Yáhshua es igual a: “a no ser por causa de fornicación”. Es decir que el Maestro no estaría contradiciendo el mandamiento, sino que llevándolo al nivel de pureza e integridad que este merece. Los judíos despreciando la perfecta voluntad de Elohim, no solo torcieron el plan de Elohim acerca de que el hombre y la mujer continuaran toda la vida juntos, sino que además, por causa de la poca integridad y la gran soberbia de sus corazones habían desvirtuado totalmente el mandamiento permisivo y le restaron integridad divorciándose por motivos totalmente inmaduros. Es por esto que Yáhshua viene enseñando no de ABOLIR la Toráh, si no de interpretarla con la JUSTICIA real que demanda el mandamiento. No olvidemos las palabras claves introductorias al mensaje “si vuestra JUSTICIA no fuere mayor que la de los escribas y Fariseos no entrareis en el reino de los cielos”
No juraras falsamente…
En Matityáhu 5:33 leemos un pasaje por demás difícil de interpretar, que da razón a los que ignorantemente enseñan que Yáhshua enseño contra la Toráh, en tal pasaje pareciere haber una invitación de Yáhshua totalmente contraria a la Toráh, sin embargo no es así, veamos:
“Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Elohim; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede” (Matityáhu 5:33-35), (Reina Valera).
Mientras Yáhshua terminaba su relato sobre el divorcio, comenzaba a enseñar sobre el “jurar”. Curiosamente las versiones bíblicas han omitido una palabra que es clave en la interpretación de este pasaje, pues no es lo mismo leer: “No juréis en ninguna manera” a leer “no juréis falsamente en ninguna manera” ¿Lo nota? La palabra “falsamente” que es la que corresponde a dicho mandamiento, ha sido omitida por la mayoría de las versiones bíblicas, sin embargo la versión hebrea de Matityáhu Shém Tov dice; “falsamente”. El pasaje de la Toráh al cuál Yáhshua hace relación es el siguiente:
“Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Elohim. Yo Yáhweh” (Wayíkra 19:12).
“Cuando haces voto a Yáhweh tu Elohim, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Yáhweh tu Elohim de ti, y sería pecado en ti. Más cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Yáhweh tu Elohim, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca. (Devarím. 23:21-23)
Si Yáhshua trataba explicar acerca de este mandamiento entonces es evidente que él se refería a no jurar en falsamente, toda vez que el mismo dice al comenzar el sermón: “No venir abolir la Toráh” y además en sus enseñanzas decir “no hablar por su propia cuenta” Por lo tanto no podría el Mesías estar enseñando contra lo que su Padre YHWH había desde hace tiempos estipulado como un mandamiento bueno y puro (Romanos 7:12). De hecho el jurar es un mandamiento para el pueblo de Israel, lo que prohíbe la Toráh es jurar falsamente:
“Y jurares: Vive Yáhweh, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las naciones serán benditas en él, y en él se gloriarán” (Yirmiyáhu 4:2)
"Y si con diligencia aprenden los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre diciendo: ¡Vive Yáhweh! Así como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, serán restablecidos en medio de mi pueblo.” (Yirmiyáhu. 12:16)
La versión Hebrea de Matityáhu Shém Tov dice:
"Además habéis oído que fue dicho por los antepasados: no jurarás en falso en mi nombre', sino cumplirás a Elohim tus juramentos. Pero yo os digo que no juréis por nada falsamente, ni por el cielo, porque es el trono de Elohim; ni por la tierra porque es el estrado de sus pies; o por Jerusalén porque es su ciudad, ni por tu cabeza porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro sí, sí y vuestro no, no. Cualquiera que añada a esto es malo." (Shém tov).
Alguno preguntara, si Yáhshua no está contradiciendo el mandamiento, ¿Por qué la aclaración? Los judíos habían tomado la mala costumbre de jurar por cualquier cosa que no fuere, el nombre del altísimo, el cielo, la tierra, de esa manera era habitual el jurar por cosas que se creían no tener sentido. Sin embargo Yáhshua dando una vez más el sentido de JUSTICIA al mandamiento, con la expresión: “Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello” Da entender que lo verdaderamente importante es no jurar nunca falsamente no importando por que se jurara, por eso el termina diciendo, vuestro si, sea si, y vuestro no sea no. Esto fue entendido por la primera congregación y enseñado por los apóstoles:
“Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación” (Ya´akov 5:12)
Evidentemente, Ya´akov también se refiere al no jurar en falso, el emisario repite de esa manera la enseñanza de Yáhshua. Por otra parte, si “jurar” fuera un pecado, o si hubiese sido esa la intención del Mesías, hacernos saber que jurar es pecado, jamás el Padre habría jurado (Hebreos 13:6) ni los malaxím, (ángeles) jurarían.
“Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más” (Apocalipsis. 10:5-6).
El ojo por ojo y diente por diente…
El estatuto del “ojo por ojo” también conocido como la ley del Talión es la que ahora cabe analizar en este estudio. Yáhshua comienza enseñando en relación a esto, diciendo en Matityáhu 5:38:
“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses” (Matityáhu 5:38-42)
Las palabras a las cuáles Yáhshua hace referencia se encuentra registradas en la Toráh en los siguientes libros, donde se dice lo siguiente:
“Más si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. (Shemót. 21:23-25).
“Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él” (Wayíkra 24:19-20).
“Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, entonces los dos litigantes se presentarán delante de Yáhweh, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. Y no le compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Devarím. 19:16-21)
Desde una perspectiva equivoca e influenciada por el antisemitismo, es decir el rechazo a todo lo que es de origen judío, es fácil desvirtuar las palabras del Mesías Yáhshua y creer que él está cambiando la Toráh y contradiciendo el mandamiento prescrito en ella. El caso del “ojo por ojo” es similar al del divorcio, se trata de una ley que viene a impedir un abuso de venganza, fue creada con el fin de determinar castigos justos bajo la medida de una instancia civil. Es decir tal cuál era el daño ocasionado, tal cuál debía ser restituido el individuo dañado por el causante. Esto permitía que no hubiera excesos al momento de cobrar una deuda pendiente, e incluso permitía que no hubiera derramamientos de sangre ni pérdidas de vidas injustificadas. Todo esto ocurría bajo el contexto de “nación”, la cuál necesitaba ordenanzas civiles, para solucionar problemas de carácter civil. Al igual que en todas las naciones del mundo, donde hay tribunales preestablecidos que velan por la justicia, y la equidad, este mandamiento, viene regular una conducta e impedir acciones desmedidas, y preventivo de conductas aún peores, PERO DE NINGUNA MANERA VIENE A FOMENTAR LA VENGANZA. Además este tipo de reglas venían a impedir que la nación se contaminara de personas que no quisieren hacer los mandamientos de Elohim. Aquello lo notamos en el pasaje de Devarím 19:16 al 21 donde el Altísimo usa la expresión: “y quitaras el mal de ti”, dando a entender que la cualidad permisiva del “ojo por ojo”, es de carácter temporal, y el castigo del “vida por vida”, servía como ejemplo para que en el pueblo no existieran injusticias.
Cabe señalar que esta ley de la represalia, tenía el propósito de quitar la venganza de las manos de los particulares, y entregarla a los magistrados, sin embargo fue abusada de una manera opuesta, y mirada como una garantía para tomar la venganza en las propias manos, lo cuál era contrario a las propias indicaciones de la Toráh, veamos:
“No digas: Yo me vengaré; Espera a Yáhweh, y él te salvará” (Mishley 20:22)
“No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra” (Mishley 24:29)
Yáhshua por lo tanto no venía enseñando algo nuevo a lo que la Toráh ya indicaba, evidentemente estábamos frente a un precepto permisivo y de carácter civil, que no era la perfecta voluntad de Elohim. No obstante en el nuevo régimen, si bien no se abolido la ley de carácter permisivo, Yáhshua nos habla de una justicia aun mayor para entrar en el reino de los cielos, donde si vivimos en el espíritu santo (Rúaj Kádosh), ya no será necesario el “ojo por ojo”, sino más bien, la misericordia, ya que la justicia mayor que llevamos en el interior, a causa de que la Toráh está escrita en el corazón del hombre, será mucho más fácil el perdón al que nos causó el agravio, que actuar guiados por la carne y cobrar una venganza desmedida.
El amor a los enemigos…
Luego de hablar sobre la llamada “ley del talión” Yáhshua comienza a enseñar sobre el amor a los enemigos, al parecer Yáhshua estaría enseñando lo contrario a la Toráh, pues las expresiones: “Oísteis que fue dicho”, “Pero yo os digo”, son pésimamente interpretadas por quienes buscan una excusa en Yáhshua para respaldar la doctrina de que los mandamientos de la Toráh ya no están vigentes. Pero veamos, que es lo que el Mesías señalo:
“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced” (Matityáhu 5:43-44)
El “amor” no es una práctica que comienza con Yáhshua, como algunos dicen, que este es un mandamiento nuevo, sino que el precepto de amar, es desde mucho antes, pues comenzó como ordenanza, cuando el Padre Elohim señalo, el amor al prójimo y al extranjero. Antes de que no hubiese precepto sobre “amar” al prójimo y a Elohim, ya había amor en los hijos de Elohim, tales son los casos de hombres de Yáhweh que amaron a Elohim y a sus semejantes, tenemos los ejemplos de: Nóaj, Jébel, Abraham y muchos más, que sin precepto escrito en piedra, pero si viviendo en el Rúaj de Elohim, anduvieron en los estatutos del Altísimo. Por lo tanto, el “amor” es un principio que nace desde el mismo Génesis.
Ahora bien, veamos cómo es que el mandamientos de “amar”, es un precepto que esta desde mucho antes de Yáhshua, en la Toráh:
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Yáhweh” (Wayíkra 19:18)
“que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido. Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” (Devarím 10:18-19)
No obstante, muchos al leer el pasaje de Matityáhu 5:43 creen que en la Toráh se enseña a odiar al enemigo, y que por lo tanto Yáhshua estaría enseñando lo contrario a lo que supuestamente dice o enseña la Toráh. ¿Qué es lo que realmente sucede aquí? Ante todo debo aclarar que en la Toráh no se invita a odiar o aborrecer a los enemigos, sino que amar al prójimo, y prójimo es todo ser de la especie humana incluso los enemigos. Lo que en la Toráh se enseña, es por sobre todo el principio del amor, esto no significa, aprobar conductas que van contra los mandamientos de Elohim, sino que amor, es amar en la verdad. Sin embargo, pareciere haber una contradicción. Tal es el caso de Salmos 139:21, donde pareciere que el Salmista nos hace una invitación a odiar a los enemigos, sin embargo, el lenguaje poético expresado allí, invita no a procurar el mal de los enemigos, odiándolos con todo el ser, sino más bien a desaprobarlos por cuantos son enemigos del Creador. Pues justificadamente los enemigos del Creador son nuestros enemigos, eso no significa que no podamos tener de ellos misericordia, pero con temor. En la escritura, en muchas ocasiones se nos invita a odiar o aborrecer las obras de los enemigos del creador, pero no a odiar a quienes hacen esas obras, pues el mandamiento es “Amaras a tu prójimo”, y como el amor de Elohim es puro, es evidente que no puede ser un amor carnal contaminado por emociones, sino que con la verdad de Elohim. Notemos que el amor de Elohim fue tal para su pueblo, que él no quería que se contaminaran con otras naciones, por eso él les mando a exterminarlas, y a que una vez vencidas estas, su pueblo no tuviera conexión de ningún tipo con estos pueblos paganos, pues por sus costumbres eran enemigos del creador. Ese ejemplo es muestra del verdadero amor de Elohim, el cuál, para que su pueblo no se contaminara, permitió exterminar a esas naciones. ¿Sorprendente no? No obstante, si un extranjero, arrepentido quería servir a Elohim, las puertas estaban abiertas para él. Eso demuestra una vez más, que el amor del Padre siempre a sido el mismo, para todos aquellos, judíos y gentiles, los que con fe sincera y corazón arrepentido se acercan a él.
Por tanto el “odio” a los enemigos, que se nos hace alusión en las escrituras, es a las obras de los enemigos, no a los mismos. El aborrecer las obras de los enemigos, pero a la vez, amar sus almas, nos puede llevar, incluso al punto de amar al enemigo de una manera distinta a la habitual, pero bíblicamente eficaz, acción la cuál, si el Altísimo quisiere, les hará reflexionar y volverse a él. Por ejemplo, el Aposto Yahudáh enseño a aborrecer la ropa contaminada usada por ellos. (Yahudáh 1:23), aquello es muestra de amor, para que una vez vistos en la indignidad que produce el mal, les remueva su interior, por si se arrepintieren.
En definitiva repito, la Toráh no enseña a odiar, sino el amor:
“Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo” (Shemót 23:4-5)
“Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua” (Mishley 25:21)
Por ultimo cabe decir, que las palabras del Mesías Yáhshua, en la expresión: “Oísteis que fue dicho, aborrecerás a tu enemigo”, hacen referencia a una falsa doctrina enseñada por rabinos y judíos de la época, los cuáles por deducción creían que si el mandamientos era: “amar al prójimo” la contraparte seria: “aborrecer a los enemigos”, debido a esta falsa enseñanza, que no está en la Toráh, pero que era enseñada por el sistema religioso de la época, es que Yáhshua dice: “Pero yo os digo”, es decir, en esta ocasión el si estaría contradiciendo a los religiosos de la época, pero a la vez enseñando lo que la misma Toráh ya enseñaba, el amor al prójimo incluso al enemigo.
Ni una jota, ni una tilde…
Estas palabras de Yáhshua: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley (Toráh), hasta que todo se haya cumplido” Expresan la total vigencia de los mandamientos del Altísimo, elevados a la justicia necesaria para ser dignos del reino de los cielos (Matityáhu 5:20). Hasta que este cielo y esta tierra existan, habrá Toráh, instrucción para el pueblo, ordenanza para la asamblea de Yáhshua, para que nos vaya bien. (Devarím 6:3), para una norma de vida acorde con el ministerio recibido de mano del Mesías Yáhshua, pero no, para la salvación, la cuál es solo por la gracia de Yáhshua, no por obras. (Efesios 2:5).
La expresión: “Ni una jota” se refiere a la letra más pequeña del alfabeto hebreo, esto tiene pura relación con la importancia de guardar y tomar en cuenta hasta el más mínimo de los mandamiento de la Toráh, al igual que la expresión: “Ni una tilde” que es el guión que sirve para diferenciar una letra hebrea de otra. Si Yáhshua dice que estos detalles son eternos, ¿Cuánto más los mandamientos claramente expresados y vigentes en la Toráh? Pues si hacemos todas estas cosas, alcanzaremos a lograr lo que Yáhshua termino enseñando, en esta lección sobre la Toráh: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Matityáhu 5:48).